Hay unos cuantos consejos muy sencillos de mantenimiento y reparación que te ayudarán a que por un lado tu MTB tenga un mayor rendimiento y que por otro lado no te quedes tirado en la montaña.

Es relativamente sencillo hacer el mantenimiento básico de tu MTB

Un buen mantenimiento asegura una mayor durabilidad de cada uno de los componentes de tu bici. Y estos no son precisamente barato.

A continuación te damos unos consejos muy básicos de cómo mantener algunos de los puntos más importantes de tu bici sin necesidad de tener herramientas muy específicas y con la premisa de que una limpieza y un buen engrase son claves para un mejor funcionamiento global de tu MTB. Con las herramientas básicas, un desengrasante, aceite de calidad y una manguera lo tendrás hecho.

  1. Las herramientas básicas para un buen mantenimiento

Lo primero es contar con un pequeño juego de herramientas. No te va a valer de nada comprar herramientas de baja calidad, comprarás dos veces. Así de claro. Si compras una mala herramienta posiblemente arruine alguno de los tornillos o piezas de tu bici y ya sabes que muchas de ellas no son precisamente baratas.

Es muy importante que poco a poco vayas reuniendo un buen kit de herramientas para tener en casa y hacer el mantenimiento de la mejor manera posible y, por otro lado, otro kit que te puedas llevar en tus salidas.

Para un correcto mantenimiento, evita las herramientas malas o inadecuadas, el resultado no puede ser bueno

En este sentido te animamos que en tu presupuesto para tu MTB incluyas de vez en cuando alguna herramienta en tu cesta de compra. Las herramientas básicas son un juego de llaves allen, un cortacables, dos destornilladores (uno plano y otro de estrella), una llave torx T25 y una llave dinamométrica con ajuste y medidas intercambiables.

Estas son las más básicas. Con el tiempo podrás hacerte con otras más específicas como la del eje de pedalier o un extractor de rodamientos.

  1. Los cables y fundas del cambio, los elementos claves del mantenimiento de la transmisión de tu MTB

Una de las tareas más básicas para que la transmisión de tu bici funcione a la perfección. Muy económica tanto si la haces en un taller como si la haces en casa. Si vives en una zona con mucha acumulación de barro y agua es recomendable que esta tarea de mantenimientolo la hagas al menos 2 veces al año, o más si notas que la fricción del cable es cada vez mayor.

Hoy en día y debido a que la mayoría de los modelos de gama media-alta vienen con un solo plato, tan solo tendrás que cambiar el cable y la funda del cambio trasero. Si tienes los tornillos de límite bien ajustados en el cambio trasero (H para el piñón pequeño y L para el piñón grande), es tan sencillo como cortar las fundas a la misma medida, cambiar el cable y limpiar y engrasar los puntos de fricción del mismo.

Con el ajuste de tensión de los pulsadores y/o cambio podrás afinar el cambio de velocidades. Si tu cuadro es de guiado interno y no va con funda completa internamente, te puede llevar su tiempo el meter el cable nuevo. Un caballete para sujetar la bici en diferentes posiciones te puede ayudar mucho, así como usar el cable viejo como guía para introducir el nuevo.

  1. Una buena limpieza de la transmisión es fundamental para un buen mantenimiento

Lo ideal sería limpiar la transmisión después de cada salida, es decir, platos, casete, cambio trasero (sobre todo las roldanas o ruedecillas) y cadena. El aceite sucio y la acumulación de partículas como la arena, hacen que el desgaste de todos los componentes de la misma se acelere de manera notable.

Te recomendamos aplicar desengrasante, esperar unos minutos y limpiar con agua caliente y un cepillo para que se vayan todos los restos de suciedad y aceite. Si tienes aire a presión te puede ayudar mucho a eliminar sobre todo los restos de arena en los eslabones de la cadena. Con un trapo puedes terminar la limpieza (recuerda limpiar también entre los piñones del casete).

Una vez que está todo limpio y seco, aplica aceite en la cadena (una gota en cada punto de giro de cada eslabón), haz pasar la cadena por todas las velocidades y limpia el exceso de aceite con un trapo limpio. Es mejor usar un aceite para climas secos de densidad baja y aplicarlo más a menudo, que uno muy denso de lluvia que acumula más suciedad.

Es muy importante que el desengrasante y el aceite sean específicos para bicicletas y de buena calidad. Sobre todo, no apliques capas y capas de aceite en la cadena sin haberla limpiado antes.

Por otro lado, revisa de vez en cuando el estiramiento de la cadena con una herramienta específica (digital o manual), para valorar cuándo debes cambiarla. No solo depende de los kilómetros que hagas, sino de las condiciones de la zona por la que pedaleas, la lubricación óptima y el sistema de transmisión que tengas. En los sistemas 1X la cadena se gasta más rápido que en los sistemas de doble o triple plato.

  1. Revisa y mantén los tornillos bien apretados

Muy fácil y rápido, la revisión y apriete de la tornillería de tu bici te puede evitar más de un problema. Con una llave torque o dinamométricas que indican el par de apriete (hoy en día hay muchos modelos muy económicos) podrás revisar el par de apriete tanto de los componentes como de los puntos de giro y los ejes pasantes de tu basculante en el caso de una MTB de doble suspensión.

También existen llaves prefijadas de fábrica con par de apriete 4-5Nm que son muy comunes para manillares y potencias que son económicas, pequeñas y muy útiles. Importante sobre todo revisar la potencia y manillar, los tornillos de las bielas, puntos de giro, patilla de cambio y ejes de las ruedas en el caso de que no sean cierres tipo palanca.

Es algo que lo puedes hacer antes de cada salida y te llevará un par de minutos.

  1. Ajuste de la dirección

La dirección es uno de los puntos de tu MTB más sencillos de mantener, pero también uno de los que nos olvidamos habitualmente. Desmontar la dirección, limpiarla y engrasarla es cuestión de minutos. Hay que tener en cuenta que los rodamientos están muy expuestos al barro y al agua (sobre todo el inferior) y conviene revisarlos por lo menos una vez al mes.

En MTB de gamas medias y altas los rodamientos son sellados y de alta calidad con lo que nos durarán mucho más tiempo. Pero si los limpiamos a menudo y los engrasamos ligeramente, tendrán una mayor duración. Es importante usar una llave dinamométrica para los tornillos de la potencia (normalmente 4 o 5 Nm) y la tapa superior de la dirección que necesita un ajuste muy leve de unos 1-2 Nm.

  1. Mantener un control de rodamientos de bujes

Este es uno de los apartados más laboriosos de mantener, ya que dependiendo del tipo de buje se necesitan unas herramientas específicas (llaves de conos y extractores de rodamientos) y requiere un nivel de conocimiento mecánico un poco elevado. No es complicado, pero sin la herramienta adecuada puedes dañar alguna de las piezas fundamentales del sistema.

El tema es que cambiar los rodamientos de un buje no es algo que se haga muy a menudo, pero limpiar los casquillos y rodamientos externamente y aplicar un poco de grasa, es algo que no lleva mucho tiempo y te aseguras una mayor duración de los mismos.

A la vez que limpias externamente los rodamientos del buje, debes de limpiar los ejes pasantes, engrasar los extremos de la palanca de los mismos y limpiar las roscas de arena, para que no se dañen las mismas. También puedes controlar cómo es el giro de los rodamientos con la mano y, si el rodamiento se atasca o se nota como que tuviera arena al girar no tan suave, quizá es momento de cambiarlos.

  1. Horquilla y amortiguadores de tu MTB, la revisión al servicio técnico, pero el mantenimiento básico corre de tu cuenta.

El mantenimiento de horquillas y amortiguadores es recomendable llevarlo a cabo en las tiendas autorizadas o en el servicio técnico oficial. Aunque hay multitud de tutoriales online que te dan todos los pasos, son componentes con piezas muy delicadas y, de no tener una buena formación mecánica y todas las herramientas específicas, será difícil que la horquilla quede revisada al 100%.

Lo que sí que es básico es el mantenimiento habitual que consiste en limpiar la suciedad que se acumula en los retenes, engrasarlos ligeramente para mejorar la fricción con las barras y limpiar las mismas barras para que no se rayen con partículas depositadas en los propios retenes.

Del mismo modo, se pueden limpiar los diales de ajuste (un compresor de aire te facilita mucho la tarea), para eliminar la suciedad y tierra que se haya acumulado, pero no lo uses en los propios retenes. Para mantener los retenes mucho más limpios, puedes usar un guardabarros de plástico de los que se sitúan en el puente de la horquilla. Son muy económicos y evitan mucho el barro y arena.

  1. Si usas tubeless puedes olvidarte de los pinchazos, pero no del mantenimiento

El sistema tubeless, que ha extendido su uso notablemente, no solo te ayuda a prevenir los pinchazos (el líquido interno, con base de látex en su mayoría, se encarga de cerrar los posibles agujeros en el neumático), sino que permite rodar con presiones más bajas y mejorar así la capacidad de agarre y frenada, además de aportar un confort notable.

El líquido tubeless se deteriora y se seca con el uso, sobre todo en zonas de temperaturas muy altas. Conviene cambiarlo y limpiar el interior de la llanta y el neumático al menos una vez al año. Si lo haces más veces, siempre es bienvenido. Cuando no lo haces, el líquido se va acumulando en el neumático y puede formar una pasta muy sucia y difícil de eliminar. Por este motivo también es importante que pongas la cantidad de líquido recomendada.

  1. Mantenimiento básico e importante: los puntos de giro de las suspensiones

En MTB de doble suspensión, los puntos de giro son muy importantes de mantener tanto con el par de apriete recomendado, como limpios y engrasados. Actualmente muchos de los modelos de doble suspensión del mercado cuentan con eje pasantes muy elaborados que se desmontan muy rápido sin herramientas específicas.

Es muy sencillo sacar dichos ejes, limpiarlos y engrasarlos ligeramente. Hay otros casos en que los puntos de giro vienen con un tornillo que hace a la vez de tapa que en muchas ocasiones lleva un poco de pegamento específico para tornillería. Si las condiciones en las que sales con tu bici no son muy agresivas de agua y barro, con hacerlo una vez por temporada será suficiente.

También puedes aprovechar una vez al año para limpiarlos bien y cambiar algún rodamiento si fuera necesario. No olvides que para extraer los rodamientos de un basculante necesitas herramientas extractoras adecuadas. El martillo no es siempre la mejor solución…

  1. Mantenimiento de los frenos de disco

Los frenos de disco tienen un mantenimiento básico bastante sencillo de realizar. Lo fundamental es comprobar el estado de las pastillas de freno. Si están gastadas se sustituyen y, si no, lo mejor es limpiar la superficie de frenado con un papel de lija fino. Con el uso la superficie se cristaliza (se queda brillante) y disminuye la capacidad de frenado. Con el papel de lija se pasa ligeramente hasta que el brillo desaparezca.

Del mismo modo se puede limpiar el disco con productos especiales, además de revisar los tornillos de apriete del mismo. En el caso de que los pistones no vuelvan a su sitio correctamente o el tacto de la maneta sea muy duro y esponjoso, habrá que realizar un sangrado completo del sistema.

Hay kits completos para hacerlos, pero requiere de un cierto nivel mecánico. Si no te ves capaz, no dudes en llevar la bici a tu tienda, donde te harán un sangrado profesional siguiendo las indicaciones del fabricante. Si lo haces una vez al año, te evitarás sorpresas a mitad de temporada.

 

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